Relato de un Mojon Local : a propósito de la lectura de Kevin Lynch

En Chuquicamata actualmente podemos toparnos con diversos mojones dispersos en el campamento, mas aún después de la devastación que trajo consigo el traslado.
Algunos de estos mojones han estado presentes desde siempre, otros, por el contrario, defecaron el lugar hace un par de años atras cuando comenzaba la cuenta regresiva de la involución. 
Pero, particularmente, el gran mojón que conserva aún Chuquicamata, es la Mina.
Es el elemento por excelencia distintivo del lugar, nadie puede ignorar la"imponente presencia" que demarca el territorio local, y por supuesto, nadie deja de percibir los ripios o"tortas" de colores ocres y taninos que devuelven el mineral a la misma tierra.
Es la gran extención protuberante de la tierra que ha sido trabajada desde hace muchos años y que no ha quedado exenta de miradas ajenas y críticas como "ciudadanos-espectadores" en tránsito.

A propósito de los mojoneos, la Mina, tiene sus propias extenciones de mojones, algunos sobreviven y otros quedaron sepultados, o bien fueron modificados para ocultar su apariencia mojonosa que contaminaba el lugar. Un claro ejemplo de ello, era la "gran Chimenea", si, aquella que luego se adecuó a las normativas medioambientales para ser mas productiva y sustentable.
Pero había algo en ella, que te atrapaba. Era la mojona que te hacía entender que el progreso no solo iva a traer bienestar a todos los chuquicamatinos, sino que tambien traería grandes cambios a este Chile, engrandecido por la resplandeciente producción de cobre, con una hermosa y depurada imagen higienizada de la polución ambiental. Esto, de alguna manera, hacía que compartieras tal logro, convirtiéndote en un guardian que tenía por función, no solo cumplir un rol social, sino que un rol A o B, estratificado, para optimizar la vida, la productividad del lugar, entre otras defunciones socialmente compartidas.
Sin embargo, el mojoneo constante de la mina era percibido por muchos con ojos identitarios, ya que en cierta forma materializaba nuestro imaginario local, como una especie de "sello" o "marca" territorial, que denotaba el mensaje de formar parte de "algo grande", único en su genero, puesto que era algo que admirabamos, como una especie de los "sobrevivientes del cobre" que ignorabamos cómo esta ciudad tenia etiqueta de vencimiento.
Por esta razón, y  lamentablemente, la percepción hacia ella, comenzó a cambiar radicalmente.
Extañamente de un momento a otro comenzó a aumentar su valor, o mejor dicho, su plusvalía.
Este mojón que era distante e inofensivo se tranformó de pronto, en el "Gran Gigante", humeante y amenazante.
En vez de iniciar un retroceso, comenzo avanzar y avanzar, arrebatándonos drásticamente nuestro imaginario, ya que pronto se convertiría en el mojón ícono del traslado y cierre del campamento.
Ya la imagen, no era la de orgullo, prosperidad y beneficios, sino más bien, algo mucho mas lapidario en su semántica.
Sería el ícono devastador del progreso que llegó a la ciudad para quedarse, algo inconfundible.
Siempre la ciudad, estuvo marcada por este gran mojón.
Antes un mojón claramente extranjero y explotador.
Posteriormente un mojón de lucha, que quiso ser parte del desarrollo del país, convirtiéndose en un simbolo reconocido a nivel mundial, y totalmente exclusivo de la producción chilena y de su economía.
Razón por la cuál, nunca fue un mojón aislado, desde el comienzo, siempre estuvo rodeado de gente que supo ver en él, las grandes riquezas contenidas en su cerro.
Este gran mojón, que siempre fue cambiando su forma, sus estratos de colores, era el "borde" del campamento, que demarcaba el paisaje con el ritmo reiterado de los ripios.
Este mojón,  ahora es un elemento dominante en la topografía del lugar, aún incluso después del traslado y hace un par de años, comenzó a dispersar sus propios "mojoncitos" por todo Chuquicamata silenciosamente, incluso, dotó de un " papá- mojón" que nos vigilara, para no dañar su propiedad.
Fue así que comenzó la invasión. Letreros, rejas, señaléticas, garitas de vigilancia, fonos de emergencia, camionetas-espía , que no permitían el tránsito fluído por el campamento, de hecho, hubo un momento en que reflexionamos si efectivamente fuimos los herederos de esta tierra, si fuímos ciudadanos, y si alguna vez, fue un "lugar"...
Ahí, en ese momento,nos dimos cuenta de que todos esos mojoncitos contaminaron por primera vez, más que la mina misma.
 La mina, sus "mojoncitos y sus secuaces", dieron la batalla final hasta que silenciosamente el lugar quedara desolado, abandonado, pero, "turístico y productivo".

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